Esta imagen nos quiere aclarar acerca de que Cristo es nuestro Salvador y que no es religión. O sea que los que le seguimos debemos actuar como era Él.
¿Cómo es Cristo y que quiere de cada uno de nosotros?
Amor: ÉL espera que seamos humildes.
Amables, tolerándonos los unos a los otros con amor (Efesios 4:2)
Jesús predicaba el reino de Dios: ¿Nosotros estamos haciendo lo mismo? Cuando Jesucristo estuvo en medio de muchos en ese entonces dijo: He venido a manifestar las buenas nuevas del reino de mi Padre (Lucas 4:43)
Así como Él vino a traer las buenas nuevas y durante muchos años enseñó, así también espera que nosotros lo hagamos.
Sus palabras fueron: Id por todo el mundo y predicar el evangelio, es decir que hoy en día debemos proclamar el mensaje en todo lugar o medio en el que sea posible. SI haces esto estarás cumpliendo con su voluntad, como dice si palabra en Juan 14:15 SI me amas harás mi voluntad.
Ayuno: Para fortalecimiento espiritual y no debemos decir a los demás como para sentirnos orgullosos de lo que hicimos, sino que debemos actuar como si no lo hubiésemos hecho. Jesús dijo aquella vez, no sean como los hipócritas (Mateo 6:16 – 18)
Orar siempre: Si Jesús vino a este mundo como ser humano, necesitaba orar al Padre, es por eso que en muchas ocasiones lo hacía ¿Y por qué? Porque necesitaba eliminar tentaciones (Oren para que no caigan en tentaciones (Mateo 26:41), oraba para recibir fuerzas del cielo, necesitaba fortalecer su espíritu, necesitaba la Guía del Padre.
Jesús crucificado: Salvador de la humanidad. Vino con ese propósito a este mundo, hacer entregado a las manos de los pecadores y morir por todos nosotros. Podemos encontrar salvación a través de ÉL.
Si nosotros cumplimos con todo lo que hemos mencionado, podremos decir “Jesús es mi Salvador , más no mi religión” Porque el verdadero Cristiano lo imitará, más el que hace una vida de religiosidad, solo irá de vez en cuando a la Iglesia, cierto que habrá conocimientos de la palabra, más no actuará como Cristo lo Hizo, osea: No orara, no Predicará, no obedecerá en su mayoría como debería ser a Dios.
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