Una imagen que nos hace reflexionar sobre las personas y Dios, nos hace recordar que para Él no hay diferencias, así seas rico, pobre, así tengas una profesión o no lo tengas, así vivas en el país que vivas, para el Señor todos somos iguales.
La palabra de Dios en Romanos 2:11 dice que “No hay acepción de personas para con el Señor”, la Biblia de NVI lo manifiesta así “Para Dios no hay favoritismos”
¿A qué se refiere cuando dice que no hay favoritismos?
Nadie es más que nadie ante los ojos de Dios, es verdad que quizás tú puedas tener más que tu prójimo, que puedas vestir mejor que otros, que quizás seas más atractivo que otros, pero eso no significa que eres más que ellos, porque lo único valioso para el Señor es que tú obedezcas, que seas fiel a su Palabra.
Salmos 103: 17 – 18 El amor del Señor es para siempre y Él está con los que le temen, su justicia estará con los hijos de sus hijos.
Dios puede usar a cualquier persona para sus propósitos, no solo puede ser una persona que tenga muchos conocimientos, si revisamos la Biblia encontraremos muchos personajes en los cuales Dios levantó ministerios.
Pedro: era un simple pescador, sin embargo con el paso de los años se volvió un predicador importante para llevar los designios del Todopoderoso.
David: Un pastor de ovejas que llegó a ser Rey de Israel y aunque luego cometió errores muy graves, Dios lo perdonó y continuo su camino obediencia y fidelidad.
José: Un jovencito fiel a Dios, que llegó a tener un cargo importante en Egipto y salvó de la hambruna a su Pueblo. Dios ya tenía un propósito con él, pero él a pesar que le pasaran muchas cosas negativas continuo fiel a su Dios, por lo que su recompensa fue grande.
Aun así hoy estés alejado, hayas cometido algo grave, Dios te perdona y te mira con ojos de amor. Solo acércate a Él, con el corazón dispuesto a seguirle. EL arrepentimiento es clave para empezar la reconciliación.
Dios recibe a todos con los brazos abiertos, aun así hayas pecado, Él te recibe si le pides perdón. Al rico, al pobre, al que quiera estar con Él, Dios lo recibirá.
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