La imagen nos muestra a un leoncito pequeño, que está herido y la otra imagen de un león, ya adulto muy fuerte. El primero hace representación a una persona que está golpeada por la vida, que se encuentra en problemas y todos sus vendas representan las heridas en el alma. El león fuerte es porque conoció a Cristo, porque ahora ya no es más, esa persona débil, sino que la fuerza que él tiene emana del Señor.
Los que nos lavamos en la sangre de Cristo somos fuertes y vivimos seguros como un león fuerte. Ya sabes con Cristo tu vida es otra.
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