LLorar no es malo, es bueno desahogarse quizás por los problemas que a uno lo agobian, pero eso no puede hacer en ti una costumbre. Los verdaderos cristianos confiamos en Dios y sabemos que todo lo que le hemos pedido, ya está en manos del Señor Lo que nos queda ahora es dejar de llorar y empezar a creer. Cuando afirmamos nuestra Fe, nos volvemos fuerte y cada dardo de problema ya no nos afecta, esto es porque sabemos que la voluntad de Dios será mejor para nosotros.
Para poder obtener esa fortaleza espiritual es necesario orar, cuando oramos vencemos toda tristeza, dolor de la carne. Jesús nos enseño a orar y aun cuando Él sintió tristeza, oro sin cesar para venver toda tentación.
Comentarios