Si hay algo que todos los seres humanos tenemos en común, es la conciencia. Cada quién sabe que es bueno y que es malo. Nnadie puede negar eso. Por eso las acciones que hagas tienen que ser siempre realizadas con el pensamiento. Si en tus pensamientos hay cosas malas, actuarás de esa forma, si por el contrario abundan los buenos pensamientos, tus acciones serán positivas y como un árbol bien plantado y buen riego darás buenos frutos.
Dios se encargó poner en cada uno de nosotros la conciencia, los valores morales el cual nos hace identificar el bien y el mal.
Si revisamos la Biblia tenemos ahí varios ejemplos sobre la conciencia del hombre. El Señor Jesús solía recordar a las personas que solo es Dios es quien da juicio sobre vosotros, aquella vez cuando se disponían a tirarle piedra a una mujer por adulterio, Él dijo que tire la primera piedra, él que esté libre de pecado, aquella vez nadie tiro, porque sabían que también eran pecadores, y el cargo de conciencia les hacía retroceder para continuar sus propósitos.
Aquí se verá reflejado dos acciones, la conciencia acusadora y luego esa misma conciencia que les acuso. Son prisioneros de sus malos deseos, de la intención que tienen al actuar y los pensamientos que surgen a raíz de ello. Todo lo que haya dentro de tu alma, así tu conciencia actuará y así también actuarás, de una manera negativa porque todo lo que haces está contaminando tu alma.
El hombre sabe cuándo actúa mal, tiene un cargo de conciencia y puede distinguir entre buenas y malas acciones, así cuando robas, mientes, haces daño. Lo que hagas determinará como se encuentra tu conciencia, por eso siempre actúa bien y sigue las indicaciones que Dios te ha dado. Tus buenas acciones harán de ti un buen hijo de Dios, siempre obedeciendo la Palabra del Señor.
Así como nos trae esta imagen cristiana a través de una frase de conciencia: “La conciencia del hombre se formará con el fruto de su boca y con los resultados de lo que digas se satisfacera, ya sea buena o mala”
Comentarios