Soy hijo de Dios, porque recibí a Cristo y por medio de ÉL pase hacer hijo adoptivo del Dios Altísimo. De un Dios que vive y que no está en pinturas, ni esculturas. Mi Dios es real y es espíritu. Por eso es importante que lo adores en Espíritu y en verdad, ya que el Señor dice en su Palabra: No te harás ninguna imagen y te postrarás en ella, ni arriba, ni debajo del cielo.
Hay religiones en las cuales necesariamente tienen que tener imágenes para poder postrarse y rendir culto de esa manera, de la cual Dios rechaza, primero porque en su Palabra está claro que no debe hacerse imágenes y postrarse en ellas, ya que el Señor no se encuentra en una figura y mucho menos se debe postrar bajo esculturas de seres humanos, ya que eso es idolatría.
Recuerden la Gloria y la alabanza solo le pertenece al Señor y hacer eso va en contra de su Palabra. La otra razón por la cual no debes inclinarte ante estatuas o seguir ese tipo de prácticas, es que vas a confundir a los demás, al verte a ti, pensarán que lo que haces estará bien y los arrastrarás a la equivocación, a la idolatría.
Si la Palabra de Dios dice bien claro que no debes hacerlo ¿Por qué lo haces? Si quieres entrar en comunión con el Señor entonces arrodíllate y pídele a Él que te ayude, pero no lo hagas a través de imágenes porque su presencia no está ahí, Él está cerca de ti en espíritu, por eso no hay necesidad de tener nada de esculturas. Dios es real y quiere que lo busques pero no de esa manera.
Así que ahora que ya sabes cómo encontrar verdaderamente al Señor, entra a tu cuarto póstrate y en secreto el Señor te escuchará.
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