Seguramente has escuchado esta frase “Todo tiene su tiempo” El tiempo en el cual realizas cada acción, actividad, el tiempo en el cual consigues una pareja, te casas, el tiempo de comprarte un coche, etc. En la Biblia podemos encontrar una explicación hacia Eclesiastés 3: 1–8 Todo tiene su momento oportuno, hay un tiempo para todo lo que se realiza debajo del cielo. A través de este pasaje bíblico, Dios nos revela que no solo será el tiempo, sino para cada cosa tendrá su hora.
Habrá tiempos difíciles y habrá buenos tiempos, ambos siempre ayudarán, porque de los tiempos duros aprenderemos y cuando haya tranquilidad, entenderemos que también luego de una tormenta saldrá la luz, que la paciencia y la confianza en Dios hará que mantengamos una vida feliz.
Lamentablemente cuando no entendemos que cada cosa tiene su tiempo y que no esperamos los momentos que Dios quiere que lo hagamos a muchos nos va mal. Hay etapas que deben tener su tiempo. No cabe duda que si estamos en los tiempos del Señor, nuestra vida será otras. Pero ¿Cuál es el tiempo de Dios? Recordemos este pasaje de la Biblia en donde el rey David decía: En tus manos Señor están mis tiempos, lo hacía a través de oraciones, Él sabía que para cada acto que iba realizar necesitaba que Dios lo guíe, que el Señor sea quien dirija sus pasos y que sea ÉL quien tome las decisiones, que sin duda serán las mejores.
Cuando tú haces algo y no le dices a Dios, lo haces de acuerdo a tu voluntad, no estás haciendo la voluntad del Señor, por ejemplo: Si viajas, en el momento si quieres tener una novia, el tiempo en el que te vas a casar, en el que vas hacer un negocio, etc. Cuando pase eso y no te vaya bien dirás ¿Qué hice mal? La pregunta para ti es ¿Era el tiempo adecuado para hacerlo?
A veces tomar decisiones precipitadas hace que no nos vaya bien, por eso Dios estableció leyes, normas para que lo que hagamos sea con propósito y sea bajo su bendición. Cuando tengas algo que hacer o realizar, ora y pídele a Dios dirección, para que así entres en su Santa voluntad y seas bendecido. Si no se dan las cosas, espera, porque si esperas en Dios, todo te saldrá bien.
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