Tener relaciones seguidamente hace que se pierda el verdadero sentido del amor. Ya no lo ven como algo preciado e irán una tras otra, nunca llenarán su vació, ni se contentarán con tener a su pareja. Vendrá las infidelidades y por ende la rrotura del matrimonio, del noviazgo. Por eso Dios estableció que hacerlo fuera del matrimonio es un pecado, nos hace ver el Señor que debemos esperar el momento indicado y que el amor no debe basarse solo en el sexo, sino en el respeto, la admiración, el cuidado, el amor puro.
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