Ser honestos no solo demuestra los valores con los que has sido formados, sino que estas siendo grato ante los ojos del Señor y cumples con el mandamiento "No robaras" cualquier acto de deshonestidad sea pequeña o grande la cantidad, es un acto despreciable ante los ojos de Dios. Si nos hemos equivocado, debemos arrepentirnos, a veces la tentación puede ser grande, sin embargo la idea será no volver hacerlo y pedir a Dios que nos ayude a cambiar.
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