Cuando entiendas que el Señor sea el motivo de tu vivir, jamás tendrás un motivo para renunciar. Podemos quedarnos solos en esta vida, podemos perderlo todo, sin embargo lo que nunca nos faltará será el amor de Dios. Los que entienden eso, vivirán seguros, sabrán que habrá un motivo para seguir luchando y que un día todo terminará para estar en la presencia de Dios, el cual nos traerá la paz y la felicidad eterna.
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