Me gusta el buen trato hacia mi persona ¿A quién no? Entonces es claro que eso debe ser recíproco. Por eso siempre que vas a decir o hacer algo en contra de tu prójimo, piénsalo muy bien. Jesús lo dijo, tenía mucha razón el Señor, al comparar nuestro trato y como esperamos que nos traten (Mateo 7:22).
De ahora en adelante debemos ser conscientes de cómo vamos actuar con nuestro prójimo.
No debemos burlarnos de alguien, porque a nosotros tampoco nos gustaría que alguien haga eso con nosotros.
Más ejemplos:
- No miremos a la mujer de nuestro prójimo, porque tampoco te sentirías bien si alguien viene y hace eso con tu esposa o esposo.
- No debemos hacer daño a nadie, porque tampoco vas a querer que alguien te ocasione daño.
- No le mientas a alguien que quieres, porque si te lo hacen, sentirías esa decepción.
- No hagas algo para perjudicar a tu amigo y le vaya mal, porque eso jamás te gustaría que te lo hagan a ti.
- No hables mal de una persona, porque si eso pasaría contigo, no te gustaría
- Trabajas en una empresa, sin embargo no estás trabajando adecuadamente o como debería ser. Pregunto entonces ¿Si tú tuvieras tu empresa, como te sentirías que te hagan lo mismo? Desde luego que tú vas a querer que alguien de lo mejor, por eso tú le pagas, sin embargo ¿Por qué tú no puedes dar lo mejor?
Recuerda que cada acción que realicemos, debes pensar bien si eso está correcto o no y mira como lo miraría Dios.
Si esto lo entenderíamos evitaríamos el daño a nuestro prójimo y estaríamos cumpliendo también con lo que Cristo nos dijo hace mucho tiempo.
Aunque sea difícil recordemos esas sabias palabras que Jesús nos dejó: “ NO hagas algo alguien, porque no te gustaría que lo hagan contigo”
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