Sin en el Señor tu vida estará envuelta en el pecado y nunca podrás encontrar la libertad y la paz. Vivir atado al pecado significa que estas condenándote, buscarás saciarte del pecado y así arrastrarás una cadena que te impida verdaderamente ser feliz. No seas esclavo del pecado, acepta a Cristo hoy en tu vida y libérate de toda esa carga que tienes.
Cuando sientes que no puedes dejar el pecado
Muchas personas en el mundo sienten que eso que les genera placer, también los está condenando ¿Pero cómo salir de esa trampa?
Obedecer no es fácil, pero es lo mejor
La vida es una prueba, si tomamos un ejemplo como si fuéramos a dar un examen en un centro de estudios. Para poder pasar esa prueba tan difícil muchos estudian y no es fácil, pero cuando pasas la prueba, ahí se da la satisfacción. Lo mismo pasa en la vida del creyente, las pruebas de la vida, la obediencia a Dios permitirá que un día encuentras la tan gloriosa vida eterna.
No veamos la vida como para la felicidad eterna aquí. Ese es el problema por el cual muchos luego cuando viene una tragedia en su vida, sienten que lo han perdido todo, pero no es así. Debemos entender que esta es la prueba, que no fue lo que realmente se planeó, pero que debemos vivir y estar siempre bajo la presencia de Dios, así pase lo que pase estaremos protegidos.
No nos aferremos a todo lo que podemos encontrar en el mundo, todo es pasajero, todo lo que tienes y tendrás. Debemos darle el primer lugar a Dios, es lo que realmente al final será lo más importante.
Estar en pecado es vivir sin paz y sin Dios
Es verdad que Dios ama al pecador, pero no tolera el pecado. Dios es Santo y así como Él es así, también nos pide que lo seamos (1 Pedro 1: 15-16)
Sin Cristo en tu vida, solo serás esclavo del pecado. Acércate, pide perdón y deja todo lo malo atrás, tu vida será otra.
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