Alguna vez hemos mirado al cielo y hemos cuestionado a Dios “¿Por qué a mí?” “Dios por qué me has abandonado” “¿Por qué permites esto?” O a veces es algo tan fuerte que te ha pasado y cuestionas al Señor diciendo “¿Por qué nací?” O “¿por qué creaste al mundo si íbamos a sufrir?”
Empiezas a cuestionar a cuestionar y aunque quizás a ti no te haya pasado, a muchas personas sí.
Realmente la vida no es fácil, cuando vienen los problemas empiezas a preguntarte tu propósito de tu existir y empiezas a buscar respuestas por todos lados. Empiezan las conclusiones o deducciones e inmediatamente piensas ¿Si no hubiese existido quizás esto no me pasaría?
Ante esta situación de negatividad, no debemos perder la calma y debemos tener en claro que el propósito de la creación de la humanidad no era para que el hombre sea infeliz, todo lo contrario Dios quiso y quiere que el hombre viva feliz, por eso Si vives apartado hoy de tu creador ¿Qué esperanza puedes tener de lograr eso?
Origen – La desobediencia del primer hombre
Dios nos ha dado libre albedrío, para que podamos elegir entre el bien y el mal, es una decisión que va depender no de Dios, pero sí de ti.
Dios no nos creó robots, solo para decir “Dios te amo”, el Señor nos dio alma para manejar nuestros sentimientos, para razonar y estableció normas para no alejarnos de Él.
La Biblia dice que Dios es 3 veces Santo, Dios no puede estar en medio del pecado (desobediencia). El Génesis relata la historia del primer hombre y su mujer de cómo desobedecieron y se apartaron de Dios por causa de su pecado. Lamentablemente llevamos ese pecado por nuestros primeros padres y la única esperanza de hoy es que obedazcamos, aun así las cosas no nos vayan bien, porque al final de todo Dios nos levantará y tendremos nuestra recompensa, porque Dios ha prometido la vida eterna a sus hijos de obediencia, donde no habrá más llanto, ni dolor.
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